Los cereales son una importante fuente de hidratos de carbono y fibra. Tienen un alto contenido en almidón, un azúcar de tipo complejo que se asimila más lentamente que los azúcares simples y garantiza una reserva de energía prolongada en el tiempo.
Si el bebé se alimenta con leche materna, los primeros cereales se podrán ofrecer a partir de los seis meses. En cambio, si el pequeño toma leche de fórmula, los cereales se pueden introducir un poco antes, en torno a los cinco meses, aunque siempre bajo la indicación del pediatra.
Es importante no ofrecer cereales con gluten antes de los seis meses, con el fin de evitar la manifestación precoz en el niño de una intolerancia al gluten o celiaquía. Los cereales que no contienen gluten, y que, por tanto, el bebé puede tomar antes de los seis meses, son el arroz, el maíz, el sorgo y el mijo.
A partir de los seis meses, ya se pueden dar todas las variedades de cereales al bebé, incluidos los que tienen gluten, como el trigo, la avena, la espelta o el centeno.
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